Es el “cadáver en el armario” del turismo mexicano, se esconde con disimulo por vergonzoso; la explotación sexual infantil es un grito ahogado que apenas visibilizamos por las rendijas de la realidad como si fuera un espejo roto tratando de distorsionar lo que se ve, aunque con el puro reflejo es suficientemente doloroso.
Los datos duros del problema no son fáciles de digerir; México es el paraíso de los delincuentes sexuales infantiles, se calcula que casi 600 mil depredadores sexuales viajan al país, según datos de la Red Mundial contra la Prostitución, Pornografía y Trata Infantil con Fines Sexuales, ECPAT.
Esta actividad ilegal -la compra de menores de edad- resulta lucrativa para los criminales, pues las ganancias generadas por este delito superan incluso las del tráfico de armas y sólo están por debajo del narcotráfico, de ahí que la ONU lo considera como el crimen encubierto más extendido de la humanidad.
Indice
México líder en explotación sexual infantil
“México ocupa uno de los primeros tres lugares en explotación sexual infantil, es la esclavitud del siglo XXI” comenta Paola Felix, especialista en la prevención de la trata de personas y escritora de “La Cosificación de los Seres Humanos” quien conoce a fondo la problemática:
“Los principales clientes de la explotación sexual infantil vienen de Estados Unidos, nuestro principal mercado emisor de turistas”.
Los entrevistados a los que contacté coincidieron en dos cosas; primero, en que es un delito con una complejidad profunda, ya que existe una demanda que permite un crecimiento permanente y segundo, en que hay buena voluntad para contrarrestarlo como explica la secretaria de turismo federal Josefina Rodríguez:
“Desde la SECTUR estamos comprometidos a combatir el abuso infantil con firmeza y empatía. Se acaba de aprobar una reforma a la ley general de turismo que nos va a permitir actuar con mayor claridad.
No hay lugar para la explotación sexual infantil en el turismo, estamos trabajando en conjunto con el sector turístico y con organismos nacionales e internacionales para proteger a nuestra niñez”.
Ausencia de datos y la impunidad
Uno de los mayores problemas para tener la película completa de este drama es la ausencia de datos; apenas se sabe que cuatro de cada diez delitos sexuales que se cometen en el país, son contra menores de edad, acorde a cifras que ofrece la Fiscalía General de la República (FGR) y que el 70 por ciento de los casos de abuso sexual no se denuncian reporta el INEGI. Los elementos que inhiben la denuncia son el miedo, la vergüenza y la falta de confianza en el sistema judicial.
“Es un delito poco castigado, pues tenemos información de diferentes ONG´s que consultamos que de cada mil denuncias, sólo cien llegan a ser presentadas a un juez y solo uno por ciento recibe sentencia” expuso el diputado federal Mario Zamora que ha presentado iniciativas para proponer leyes más fuertes contra los criminales.
Caribe Mexicano un foco rojo
Por todos lados se prenden las alarmas de alerta de este delito y el Caribe Mexicano al ser el principal receptor de turismo internacional en nuestro país, enfrenta una sombra que contrasta con su brillo turístico: el primer lugar en registros de víctimas de trata de personas de entre 0 y 17 años como sucedió en enero de 2024.
Este fenómeno tiene un epicentro preocupante en Playa del Carmen, donde las autoridades hacen esfuerzos para mitigar el problema.
Bernardo Cueto, secretario de Turismo de Quintana Roo, reconoce la magnitud del reto: “Sabemos el tamaño de la problemática y por ello lo hemos visibilizado, de ahí que creamos acciones puntuales para combatir el delito; estamos certificando establecimientos turísticos, promoviendo códigos, incorporando medidas preventivas mediante la educación turística, iniciamos capacitando a más de 2500 colaboradores para sensibilizarlos sobre el tema, apoyamos la modificación a la ley de turismo para salvaguardar a los menores de edad y acotar a los explotadores sexuales, no solo en hoteles, también en los centros de hospedaje que se ofertan en plataformas digitales”.
Esto último es vital, porque el 18% de los casos de explotación sexual infantil se producen en apartamentos privados o lugares ocultos, según datos del Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2022.
Esfuerzos gubernamentales
Desde el poder legislativo se percibe una mayor sensibilidad ante esta problemática.
Durante una de sus intervenciones, desde su escaño la senadora Laura Esquivel advirtió con cifras alarmantes: “Las niñas, niños y adolescentes representan más del 34% de todas las víctimas de trata, donde más del 75% son mujeres. Y más grave aún que tenemos el primer lugar en producción de pornografía infantil en el mundo”.
Se dieron muchas cifras durante las reuniones para analizar el tema, al final lograron algunos cambios a la ley pero eludieron algo muy importante según las ONG´s: “No existe un solo rubro en todo el PEF (Presupuesto de Egresos de la Federación 2025) que aborde la prevención de la violencia sexual infantil, lo que debe ser atendido con urgencia, pues se requieren recursos suficientes para un Fondo de Atención a Víctimas” declaró Emilio Maus Ratz de la Fundación Freedom durante su participación en el Foro “Hoja de ruta hacia un Presupuesto más incluyente en el Palacio Legislativo de San Lázaro, celebrado en noviembre del 2024.
A finales del año pasado la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Turismo, que obligará a los hoteles a requerir a los turistas acompañados por menores de edad acrediten su parentesco o tutela. Así el sector hotelero tendrá la obligación de aplicar protocolos y acciones de prevención.
Hoteles Riu y su constante lucha
Antes de las modificaciones a la Ley, pocas marcas hoteleras tenían la iniciativa para actuar. Hoteles Riu es una excepción a la regla, contactamos a Alma Tesillos, la Directora de Responsabilidad Social Corporativa de RIU en México para que nos describiera su estrategia:
“En RIU somos conscientes de que hablar de un problema invisibilizado y sobre todo tan sensible, es el primer paso para generar soluciones. Por ello, lideramos en el sector una postura firme de “Tolerancia Cero” al abuso y la explotación sexual de menores,” explicó así mismo la Directora de Responsabilidad Social de RIU que es a través de una política corporativa que responde estratégicamente ante éste delito en los destinos donde la cadena tiene hoteles.
La Directora Tesillo explicó que el objetivo de su empresa es crear entornos seguros y protectores para las niñas, niños y adolescentes, previniendo la explotación sexual comercial en el contexto de los viajes y el turismo. Para lograrlo, la cadena hotelera ha implementado protocolos sólidos y acciones de capacitación dirigidas a su personal clave.
“Revisamos y difundimos periódicamente nuestro protocolo corporativo de prevención y actuación, asegurándonos de que todo el personal que entra en contacto directo con los clientes esté preparado para actuar ante cualquier sospecha de abuso infantil dentro de nuestros establecimientos,” detalló Tesillos.
Talleres personalizados contra la explotación sexual infantil en Hoteles Ríu
Además de las capacitaciones anuales, tanto presenciales como online -especialmente dirigidas al personal de nuevo ingreso- la compañía lleva a cabo talleres personalizados con jefes y responsables de departamentos para fortalecer sus protocolos internos.
“Por otro lado, mantenemos campañas de sensibilización y advertencias para nuestros clientes y agentes externos a través de diversos canales de comunicación, siempre dentro del contexto de los viajes y el turismo,” agregó Alma Tesillos, ya que de ese modo RIU refuerza su compromiso con la protección de los menores y con un turismo ético y responsable.
Son varios organismos que están trabajando para combatir esta problemática, pero hay una estrategia que debe promoverse aún más: las alianzas público-privadas como las que viene realizando UNODC México que lleva Natalia Espinosa, titular del Programa de Crimen Organizado:
“Una solución exitosa no solo depende de políticas nacionales, sino también de intervenciones locales que tomen en cuenta la realidad cultural y social de cada comunidad”.
La idea que impulsa Espinosa es que el enfoque comunitario, combinado con las alianzas público-privadas, son la clave para prevenir la trata de personas en espacios turísticos. Esto es fundamental, pero faltan más soluciones efectivas que frenen este flagelo de manera integral.
Comparte esta nota